Aunque suene a refrán trillado, hay
cosas que son sin duda impagables. Desde hacía un buen tiempo, considerando mi
ubicación en este mapa un evento en el oriente con como el que vi en el Hardcore Bar de El Tigre era una
asignatura pendiente que fue planificada con cierto tiempo de antelación, con
toda propiedad puede decirse que fue un evento tan discreto (considerando el
tamaño del local) como aplastante en cuanto a presentación. El poder disfrutar
de dos señoras bandas capaces de hacer el metal nacional más brutal que
recuerde en años para mí no tiene precio. Blood Work y Verminous amenizaron un
fin de semana simplemente brutal. "The war is coming tour" y "Depraved institution tour" respectivamente, 2 nombres, dos giras, y el único objetivo de esparcir violencia sonora por todo el país, que grato momento.
Un excelente viernes, no solo por el
gran nivel musical de ambos, sino por aquello que definitivamente les hará cada
vez más reconocidos, su calidad humana. En horas previas a su presentación tuve
la oportunidad de conversar con ellos y simplemente fui recibido como uno más
del combo, ambas bandas conforman un núcleo sólido, un grupo de panas muy
humilde y dedicado expresamente a lo suyo, de esto es de lo que siempre he
hablado en cuanto a la verdadera actitud que debe tener un músico,
principalmente que no presumen de serlo, son personas que como todo el que
quiere prosperar tienen empleo, hijos o responsabilidades, y no se pasean por
la vida con aires de “ególatra acartonado”, de esos por desgracia hay hasta
para exportar (si cabe la posibilidad de hacerlo sin retorno mejor aún).
Cerca de la medianoche y luego de
una larga prueba de sonido y una intro con aires épicos arrancaba la máquina
zuliana Blood Work, sin mucho
protocolo pues en la tarima es que se habla, alrededor de 40 minutos donde
mostraron prácticamente todo el arsenal de su reciente disco “War for blood”,
destaco dicho tema junto a “Into the Blood work” y “World Destruction” (aquí
mientras tomaba una foto mi teléfono voló por los aires), sin duda de los que
mejor sonaron, sin olvidar ni mucho menos a “Bloody Minutes” (particularmente
mi tema preferido) y par de tremendos covers de Slayer que
dieron algo más de reacción a los presentes (baño de cerveza incluido), “Raining
Blood” y “Angel of death”, destacando en este último coros del amigo “Cactus”
Orellana (Verminous), casi nada, una escena implacable, con un Markos Mejía
(guitarra) animando en todo momento "a mover las putas cabezas", Hector
(voz/bajo) estuvo correcto e impecable y Edgar (baterías) a partir de “War for blood” imprimió
una energía tal que provocó en la banda una marcha más de velocidad. A Blood Work sin duda le hacía falta esta
pequeña gira, con total garantía estas fechas son una más que digna tarjeta de
presentación para que oriente les vea sobre las tablas con algo más de
frecuencia y la gente conozca y absorba más sus temas. De seguir así en unos
años a más de uno van a confundir si actúan como teloneros, por allí es que se
empieza, pero su calidad dice que están para grandes cosas.
Breve descanso y llega el turno de
Verminous, referente por excelencia de la movida extrema nacional, un inicio algo difuso en cuanto a
sonido (recordemos la acústica del lugar no es precisamente la mejor) pero de
igual forma dando lo mejor de sí desde el primer segundo, que no es poca cosa. Una
vez culminado el primer trallazo “Cuchillazos”, Cactus (voces) a fin de aplicar
algo de humor a la fiesta pregunta si hay evangélicos en el local, lógico, su
banda no es para sentarte a mirarla como si de Within Temptation con orquesta sinfónica se tratase y
se esperaba una reacción más fuerte, suena “Desecration Genius”, ya bastante
mejor en cuanto a sonido, pero los asistentes aún no terminan de entrar en el juego,
luego de un tema más (“Praising Holocaust” creo) llega el himno oficial de
Verminous, el infaltable, el más esperado, ni más ni menos que “Muerto a
coñazos”, aquí si se sacudió hasta la barra protectora de la tarima, en una breve demencia
colectiva, ocurrió lo mismo con otro de sus clásicos "Biomechanical devastation", en este momento había al menos un poco más de entusiasmo, van cayendo sus temas como martillazos uno detrás de otro, y es que "Depraved institution" es un discazo de principio a fin, casi 35 minutos que fácilmente pudiesen traducirse en el mejor disco del 2.014. Para finalizar Cactus agradece a todos el apoyo y la banda se despide con "Engagement of putrefaction", último tema de su disco.
Culminó así una noche de metal extremo donde las bandas sonaron en líneas generales realmente bien, por supuesto con un gran apoyo de Ibrahim Chacín en la consola, luego de la fecha en Maturín, ambas máquinas de momento toman caminos separados, Blood Work se preparará para el regreso del "Brutales bestias del metal",Verminous a su vez formará parte de la 6ta edición del "Caracas extrema", toca entonces prepararse para verlos juntar fuerzas nuevamente el 15 de Noviembre en el "Extreme Gorefest VIII", en un final de año tremendo. Esperamos que esta vez, Milkcoov Marcano (guitarrista - Verminous) ya esté totalmente recuperado de su lesión.
Ya de regreso en mi patio concluye un más que satisfactorio viaje, con el disco "War of blood" finalmente bajo el brazo y una jornada que me da mucho más motivos para estar seguro que lo nuestro merece mucho más apoyo del que regularmente se le da. A Blood Work, Verminous y a Hardcore Bar, gracias por todo y hasta una nueva fecha.
Nota: Feedback Radio Metal Venezuela
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