jueves, 29 de marzo de 2018

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"Lo que distingue las mentes verdaderamente originales no es que sean la primeras en ver algo nuevo, sino que son capaces de ver como nuevo lo que es viejo, conocido, visto y menospreciado por todos"

Friedrich Nietzsche
                                                                                                                  
Alguna vez un músico bastante conocido de este país junto a su banda entonaron (y creo que aún lo hacen) una tonada que dice algo como “hay cosquillas que no dan risa”, pues bien, aplicable es esto a un ámbito más extremo, más under, donde hay exponentes que por mucha ornamenta que quieran exhibir no transmiten nada de nada, abducen por la vista, pero cuanta sensación paupérrima dejan al oído, como dice la cita de Nietzsche, hay cosas conocidas que muchos menosprecian, sí, en los duros campos del egocentrismo metalero hay quienes se empeñan en la muletilla de “en el metal todo está hecho”, quizá en contraste con sus vidas, debe ser duro, durísimo.

El sur del país siempre ha tenido un núcleo de bandas que ha dado la talla y demostrado cotas de calidad importantes en tiempos pasados y presentes… Barbarie, Autofagia, Morgue, Catástrofe, Lytzo, Never Forgotten y pare de contar. En tiempos recientes disfrutamos de Hostil y se echa mucho en falta a Reptilian President, pero esa historia queda para otra ocasión. Del que ha sido quizá, el último tridente que estuvo o ha estado dando guerra por estos, hablando de death metal directo a la yugular, Epidemia y Gore Asylum han bajado el telón (algo que se lamenta siempre), quedando entonces Eutanasia Brutal, nombre con subjetividad irónica pero con un concepto lírico serio y claro.

Legiones de odio”, la producción que ocupa este post es como ese tortuoso examen que tienes que aprobar para ir al siguiente nivel, considerando que del anterior “Sublimisdeus XII” han transcurrido 9 años, esta era una prueba que la banda tenía pendiente, cambios de formación aparte, consigo misma, y el resultado es ácido puro y a su vez cristalino, mejor de lo esperado, aun cuando nuestro panorama en general no vislumbra por ahora, futuro de bonanza, hacer un mal disco en estos tiempos equivale a la peor y más prolongada de las agonías...

...pero cierto es que en esta ocasión puede uno estar más que tranquilo.

Acompañado de una muy buena portada cortesía de John Quevedo Jansens el disco inicia con “Odio encarnado”, que tuvo bastante promoción y que deja un inequívoco mensaje del sonido ya fijado por la banda, es lo que tiene esa etapa llamada madurez. Tema de tiempo medio y con esos acordes en cuartas que le hacen muy profundo, excelente decisión colocarlo al principio y excelente interpretación en castellano como en toda la producción, en esto último no todo exponente del género puede decir lo mismo.

Pertenecientes al pueblo del death metal de siempre, el clásico que nunca pasa sino que añeja, Eutanasia mira sin desparpajo a su alrededor y deja bien explicada la razón de ser, porque esto es música y nada más, tan disfrutable como puede llegar a ser, porque “Somos la misma mierda”. Con los ritmos más acelerados el riff principal tiene un aire pentatónico y desenfrenado, y la sección del minuto 2:40 da un gusto tremendo, a criterio personal de los mejores temas y por supuesto el mejor solo de todo este trabajo.

Masacrado” es, por mucho, la pieza que más me gustó, por todos sus matices intrínsecos, es moderada y también muy pulcra, y es que en todo el disco la ejecución instrumental denota planificación, el producto es nítido, por muy “old school” que sea, no hacen falta muros y muros de distorsión para sacar algo contundente, sino lo suficiente. Es de lo más completo, por sus constantes cambios y momentos de tensión.

De izquierda a derecha: Osmel Sosa, Charry Franco y Yesel Bastardo

Incontables son las piezas de metal extremo que en su simplicidad dejan resultados satisfactorios, a efectos de este trabajo “Inmolación” aparenta ser no muy planificada y sin muchas intenciones pero en el contexto final el asunto cambia, después de un inicio discreto añaden bastante más agresividad, y si a ello se suma un buen trabajo vocal tenemos a uno de los cortes más destacados.

Muerte visceral” combina una especie de trance en sus riffs iniciales, como el efecto de un martillo en tu techo a las 6 am después de una noche de insomnio, todo ello aunado a unos ligeros silencios y secciones donde a diferencia de todos los temas anteriores, las cuerdas dan terreno a más armonías en lugar de tantos muteos y acordes de quinta. Aquí llega la parte que no me gusta, el “pero”, y es que al segundo solo le faltó más acompañamiento, da la sensación de que allí pudo hacerse algo más.

Llega el momento del tema más lineal del disco, “En carne muerta”, no hay mucho que decir en este caso, no está mal. Sin embargo está un escalón detrás de los demás, le falta el gancho necesario.  

Y el cierre es para “Infierno”, realmente disfrutable, ese riff tipo “Slayer” cercano al final le ayuda a sumar enteros y viendo en retrospectiva todo el recorrido, toda la foto, la banda puede y debe tomar todas estas cosas para optimizar y corregir de cara a lo próximo que puedan grabar.

En líneas generales, un muy buen disco, forjado en medio del caos, de la incompetencia generalizada, pero también de esa pantomima que algunos nos quieren vender llamada “escena unida”, donde de frente son puros, castos y te rezan en arameo, pero al voltearte eres intangible, les da igual y hacen de ti carne de zamuro, porque nuestros músicos no son infalibles y conocen los malos ratos, pero muchos ahí están y siguen, manteniéndonos en concilio con la música y por consiguiente con nuestra corporeidad. Respetos.

Eutanasia Brutal está conformada por:
- Charry Franco: Bajo/Voz
-Yesel Bastardo: Baterías
- Osmel Sosa: Guitarras

Arte y diseño: John Quevedo Jansens
Grabación, producción y masterización: Pitágoras Audio
Productor: Junior Patiño

Contactos:

Acá el video del tema "Somos la misma mierda"



Reseña: Carlos Terán
FRM Venezuela

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