Hay todavía quienes mantienen una
imagen fija en cuanto al concepto, en este caso del black metal, “debe ser
sucio, grotesco, sacrílego, impío, siniestro”. Exacto, no se puede juzgar a un
libro por su tapa, hay que observar el fondo más allá de la forma, más aún
cuando das con creaciones tan personales, tan únicas, tan características, que
sin ser necesariamente piedra angular en el género pueden convertirse en
referente si todos los elementos incorporados aparte de encajar perfectamente
impactan al oído, y este tipo de obras son para nada sencillas de escudriñar,
lo que les hace muy especiales sobre todo si rompen la regla respecto a tanto
paradigma trillado.
Todo lo anterior resume en cierto
modo lo que es Lithopedion,
nuevamente la sección “disco del mes”,
es ocupada por una one man band. “Resiliencias” es el título de su segunda
producción, lanzado poco después de mitad de año en 2.013, la diferencia (leve la verdad) respecto al anterior “Sinarehens” es algo más melódico, quizá
con menos guitarras y pesadez, pero particularmente expresivo, dada la situación
en la cual, acorde a palabras de su creador Wismar Pulido, fue compuesto, lo
que le da aún mucho más valor. Y es que el título del disco es sencillamente
perfecto, junto a una portada lúgubre, todos como seres humanos aún en los
momentos más duros y cuando se piensa que nada más puede salir peor contamos
con la fuerza interior que de a poco nos lleva a nuestra superación, echar
raíces en terreno duro y sobrevivir, esa es nuestra resiliencia. Bienvenidos a
disfrutar de casi una hora de sufrimiento, fortaleza y superación, a un
fragmento de la vida misma en momentos difíciles.
Se trata de una sola pista, pero
como todo, tiene sus etapas. Un único camino sin pausas traducido en 50 de los
mejores minutos que he escuchado en mucho tiempo. Voces épicas y un órgano
funesto son el inicio de “La partida”, la voz y los instrumentos
son uno solo, conforme se avance en cada sección podrán percatarse que los
registros de Wismar se acentuarán cada vez más, quien entre gritos
desgarrados y voces limpias pasa del “no
puedo con todo esto ¿Dónde están mis fuerzas?” al “aquí estoy y sigo luchando”, logrando un detallado resultado al
alcance de pocos. Las baterías aceleradas con los teclados densos dan un
resultado brutal. Sin apenas respiro aparece “Ira”, ¿coincidencia que
sea el tema más breve? Título cruel para un corte a velocidad vertiginosa, como
si fuese una pesadilla que necesitas drenar y de la que quieres despertar lo antes posible. Un gran punto a
favor es que si bien el disco completo es, por decirlo de alguna forma, lineal,
cada sección tiene su toque particular, y eso es equivalente a pintar el cuadro
más colorido en una baldosa pequeña. “Drama” agrega uno de esos toques que
tanto gustan, mientras la agresividad de la música no para, entran la voz
limpia y coros femeninos estilo gregorianos, constantes a lo largo de toda esta producción, todo fluye tan bien que aquí ya es prácticamente
imposible poner pausa. El cuidado ambiente que imprimen los teclados en este
trabajo junto a esas guitarras que por momentos recuerdan a Satyricon (aunque un tanto más opacas)
es realmente virulento. Finalmente, en estos compases aparecen los primeros
signos solistas.
“Aislamiento” tiene un
poco de “Ira” y “Drama” (se dan cuenta como una cosa
lleva a la otra ¿cierto?) sonidos como de trompetas, y aquí las rítmicas y
solos resaltan un poco más, son más contundentes, equilibrando la balanza entre
la crudeza y el ornamento. “Tormento” es apta solo para mentes
abiertas y tolerantes, aparte de que se escuchan claras señas de música
electrónica, implica el corte más cíclico y repetitivo, se escucha a lo lejos “¿Dónde está?... en el más allá”, todo un
trance en el que el oyente cae por aproximadamente siete (7) minutos y medio,
ni con el cambio de ritmo al final se pierde la magia.
“El último adiós” es
bastante potente, dicho con toda propiedad y a criterio personal, de lo mejor
del disco junto a “Resignación”, del cual hablaré más adelante. Este corte es la
puerta a la mejor parte, donde el tiempo es cada vez más corto hay tanto por
expresar, no en vano es de los más extensos de “Resiliencias”, mucho talento y sentimiento, el momento cumbre
empieza a partir del minuto 2:07, todo un viaje que rompe con aquel estereotipo
de “si es lineal no puede ser detallado ni diverso”, un balde de agua fría a
los incrédulos y encasillados en honor a la creatividad, dejando más que claro
que en esto de la música no basta solo estudio, sino de imponer carácter y
alma.
El que piense que no escuchará nada
mucho más diferente, tómese un par de minutos con “Me hablas en sueños”,
finalmente se termina de resquebrajar el tan cacareado molde, una breve pero
reveladora conversación amenizada por un órgano triste y un ambiente incierto, producto
de ese previo adiós tan costoso, sorprende que un lapso tan breve tenga tanto
significado, colocar esta charla a todo volumen le congelaría la sangre a más
de uno, pero esto es solo cosa de 2.
Dicen que la “Resignación” llega cuando
en cierto modo alguien se encuentra atrapado o bloqueado en algún punto que no
acepta, pero de igual modo es el prólogo hacia la superación, no por nada puede
decirse con propiedad que este tema es lo mejor del disco, el más extenso, lo
cual todo oyente minucioso agradece. Poco más de trece (13) minutos de una
composición total, rotunda y atrozmente envolvente. Un tema ordinario con una
duración similar aburre al minuto 4, he aquí la excepción, poder y sinfonía a
partes iguales, tremendo. Luego de todo el transitar, de toda la tormenta
finalmente se llega al grand finale,
y es que este disco es una auténtica “Resiliencia”, una prueba, un
capítulo personal cuyo cierre corresponde expresamente a los pianos. Así
concluye un gran disco, quizá no un referente del género pero definitivamente
distinto y que vale cada minuto.
Sin eufemismos exagerados de ningún
tipo (escuchen el disco y se darán cuenta) es un sincero honor haber podido
reseñar un disco tan motivante como este, un gran ejemplo a seguir y que
transmite mucho espíritu, cosa que a muchos otros, a pesar de su alta capacidad
técnica, les falta considerablemente. Una gran producción distribuida a través
del sello independiente Centurion
Productions que merece la pena incluso para colección, con un cancionero se
completaría la perfección, pero son solo apreciaciones, una calificación es
para ser franco subjetivo, porque “Resiliencias” muy personalmente
merece como mínimo unos 100 puntos. Respetos.
Lithopedion está conformada por:
Wismar Pulido: Voces e instrumentación
Nota: 9/10
Reseña: Carlos Terán
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