Una vez más he de decirlo, en plena época de cada vez más creciente y/o
consumista bodrio propagandístico tecnológico, hay muchos que han olvidado que
las cosas no solo hay que hacerlas bien, sino con sentido y lógica, y terminan
incluyendo tanto adorno que finalmente dañan lo que venían haciendo y eso
implica una mala gestión de tus recursos o no saber donde estás parado. Para fortuna del buen oyente Verminous, banda referente de Barquisimeto, estado Lara, es exactamente lo contrario,
que supo y sabe perfectamente como encajar las piezas de lo que mejor saben
hacer y lo materializaron en un gran martillazo en la mitad de la frente
bautizado como “Depraved institution”, el cual en esta ocasión ocupa la sección
“disco del mes”. Brutal death metal serio, despiadado y a su vez
increíblemente audible.
Este material, lanzado a través del sello Sevared Records, no es sino una muestra de que a pesar de los años aún
existen quienes saben crear música que honra los tiempos dorados del género
metal, es cierto, mucho ha cambiado en los últimos 15 años, pero también es
obligación nuestra tener presente de donde venimos y lo que hay que tener para
editar material como este que sin duda será gratamente recordado. “Depraved
institution” no es sino una invitación a ser gratuitamente atropellado,
pero con gusto, a llevar coñazos en los tímpanos (o en vivo), pero con gusto.
Un dato importante a tomar en cuenta en este disco y que sirva de reflexión
para bandas nacionales dentro del género, no se requieren grandes dosis de
distorsión para ser contundentes, solo lo estrictamente necesario, verán como
no solo sonarán bien sino con claridad. Sin más preámbulo analicemos los temas.
Con “Cuchillazos” inician casi
35 minutos de corrosión criminal, una breve pero mórbida intro digna de
película de gore da paso a un corte bastante rápido (¿esperaban otra cosa?),
los pig squeals de Cactus (voces)
mezclados con los gritos de horror de una mujer ponen al tema en su punto
exacto, para que entonces entren esos riffs tan conocidos de tiempo moderado
que para los amantes del death metal nunca pasan de moda, finalmente vuelven a
acelerarse los tiempos y termina con ese atrayente sonido de acero sacándose
filo.
“Desecration Genius” es un
tema bastante particular, no solo porque es el que cuenta con video sino que a
pesar de lo breve que es (menos de 3 minutos) es muy dinámico y combina un poco
de ambas escuelas, la clásica y la actual, raro el momento en que baterías y
bajo o guitarra coincidan rítmicamente, logrando un resultado muy centrado y
sobrio. Apenas es el segundo tema pero se marca la tendencia, y es que ningún
tema se parece demasiado a otro, no hay en absoluto linealidad, y en un estilo
tan explotado como este eso es en extremo digno de agradecer. Un gran punto a
favor de la banda.
“Biomechanical devastation” es
de esas que sin duda hará disfrutar a más de uno como un niño, para empezar no
es precisamente una pieza nueva y seguramente vendrán recuerdos de algún que
otro golpe en eventos de antaño. De lo más extenso y completo del disco, y sin dudas un clásico infaltable en vivo.
Aquí si me permito poner un “pero” y es que el audio al parecer no es el mismo
en comparación con el resto del trabajo. ¿Sería una de las primeras
grabaciones? Quien sabe, no obstante es un detalle cuando mucho, menor. A
continuación y sin anestesia prosiguen los primeros compases de “Praising holocaust”, personalmente de
mis preferidos, esos acordes disminuidos le dan un toque único, de lo más
brutal y veloz que incluye este “Depraved institution”, discazo hasta
el último segundo, no hay mucho más que añadir.
Ahora mejor no puede caber aquello de “no hay quinto malo”, llega el turno
al bate ni más ni menos que de ese tema que ya es un clásico de culto en el
metal extremo nacional, dicho esto sin eufemismo o exageración alguna, “Muerto a coñazo” aparece en nueva
presentación, más contundente y tallado que nunca y eso ya es decir, porque
siempre lo ha sido, contenido explícito directo a la cara que ha alcanzado la
excelencia con todo y su extrema sencillez, se plasma definitivamente el himno
de esta banda. Hay que ahorrarse buscar solos muy elaborados o melodías felices,
busquen eso en otra parte.
“My brain in my mouth” es otro
de esos temas con los que se ha disfrutado de Verminous por años, y da inicio a
la sección más “old school” de este
trabajo, ritmos infectos y crudos, importante señalar que es aquí donde el bajo
se hace más notorio y esto enriquece aún más la audición.
“The great industry of hate”
tiene ese aire de los 90 estilo Morbid Angel era Domination, algo lento pero
sumamente oscuro, un color totalmente distinto a lo que estuvo sonando con
anterioridad, puesto que incluye pasajes
un tanto moderados e instrumentales. Ocurre algo similar con los dos temas
siguientes, “El sendero de los cerdos”,
es el tercero en castellano del disco, con esos ritmos de batería que no
recuerdan otra cosa sino a un constante martilleo en una construcción, con
caídas constantes en Si bemol, escúchenlo con mucha atención y entrarán en un
trance aturdidor, ni siquiera las desaforadas baterías de Edgar lo hacen más
ameno.
Quedan aún tiempo para algo más, “Bleeding
souls” posee la distorsión más cruda y cañera, por momentos recuerda a “Mortuus
in anima” de los Serpent Christ, en su mayoría bastante pausado pero totalmente
uniforme y potente de principio a fin. Es la última pieza en la cual el oyente
goza de cierto “descanso” luego de toda la matanza y caos que estuvo apreciando
desde el principio.
Finalmente esto termina tal y como empezó, “Engagement of putrefaction” muestra de nuevo la banda en su estado
natural, ese es su hábitat, baterías brutales, guitarras muy rápidas y
excelente combinación de distintas tonalidades guturales, con un último minuto
que fácilmente pudiese ocupar el soundtrack de una película de terror,
claustrofóbico y siniestro. Así concluyen un lapso de 34:08 minutos quizá, de
lo mejor en cuanto a material extremo que haya parido este país.
“Depraved institution” tiene
lo necesario para lograr hacer un excelente disco dentro del género, densidad,
brutalidad, temas muy depurados y letras inteligentes. La sincronización y
entendimiento es tal que, viendo la calidad de cada tema los solos no se
extrañan, más no quiere decir que no sean necesarios, de una cosa si hay que
estar seguros Verminous es una banda
con muchísimo margen de mejora y los años así lo han demostrado. Sin duda
vendrán discos más brutales pero este es una piedra angular importantísima en
cuanto a material de exportación, que en unos años tendrá un valor que pocos se
imaginan.
Disco grabado en: Probos Estudios, Crackhouse Studios y Audioline Venezuela.
Mezcla: Audioline Venezuela
Sello: Sevared Records
Verminous está conformada por:
- Juan Carlos "Cactus" Orellana: Voces
- Milkcoov Marcano: Guitarras
- Pablo Marchán: Guitarras
- Luis Pozo: Bajo
- Edgar Pinto: Baterías
Puntuación:
9,8/10
Nota:
Carlos Terán
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