Toca
a día de hoy, siendo justo y necesario, dejar por escrito el gran impacto que
causa y causará esta producción, un ladrillo más en la consolidación de esa
gran generación de exponentes que hace vida en Punto Fijo, un disco mayúsculo
de principio a fin capaz de tutear a muchísimos foráneos, que tristemente solo
por cosa de nombre (o empresas) se sobrevaloran. Sinónimo de superación en
estándares de calidad, “Into the shade of solitude” se
traduce en una escucha imprescindible para cualquier seguidor del sonido más
extremo y primigenio, y también un martillazo en la cara para aquellos que
creen saberlo todo y afirman (siendo mentira) que “todo en el metal ya esta
hecho y no hay nada sorprendente o nuevo para mí”, solo un consejo dejo a esos
“conocedores”: Toda “vieja guardia” tiene su Waterloo cuando se cree por encima
de todo.
Nocturnal Hollow ejemplifican una
artillería moderna que dignifica con todos los honores la práctica de clásicas
usanzas y fraseos con su toque particular claro está, inequívoca analogía para
tan impecable obra. Con todo y su statu quo afanan y afinan su exponencial
crecimiento sin mirar a los lados, una tangible demostración de calidad
inversamente proporcional a la triste colección de viernes negros que acumula
este entorno (“movida”¿¿??) en fin, luego de esta breve digresión… ¿Qué tanto
importa el resto sin una producción/ejecución tan refinada y a su vez
estridente? Su death metal, su criatura, ese es su objetivo y le seguirán
trabajando, porque tu sonido y tu mensaje implican un mundo de detalles siempre
evolutivo.
Previo al concepto musical es de
destacar y agradecer la labor dedicada desde el arte (Pagan Art Ilustrations),
pasando por la grabación (Silver Avenue), presentación y distribución (Concreto
Records lo hizo de primera) y particularmente la profesional mezcla realizada
por Nelson Hoyer Jr. (Among Disaster), a quien debe tomarse muy en cuenta visto
el trabajo que viene realizando.
Portada del disco
Mientras Escalante y compañía se
preparan para desatar sus desaforados y atroces ritmos de desolación dejan
sonando “Wojciech Thoughs” melodía
casi fúnebre que se confunde con auras del tan trillado viejo oeste, como si de
una marcha a una ejecución se tratase… ¿Si el título hace alusión a Jaruzelski?
Quizá, ya habrá tiempo para averiguarlo, queda escuchar poco más de 2 minutos
de una cada vez más angustiante melodía que deja paso al sonido más esperado.
Suena ”Devouring the mass”, guitarras afinadas en La y como era de
esperarse comienza de modo frenético y sobrio, sin coparse de adornos o excesos,
es death metal puro y directo, de ese que hace dilatar las venas, muy
importante lo que se demuestra desde el principio y es el factor común de todo
el disco, ningún tema adolece riffs repetitivos o cansones, todos en cambio
resultan ser adictivos al oído con una facilidad pasmosa.
“Defleshed
by ghouls” es de lejos, el tema más agresivo, con pausas constantes prácticamente
perfectas que no son otra cosa sino preámbulo para rítmicas y blast beats
aplastantes. Título más que idóneo, descarnado por demonios puede ser
tranquilamente un documental de terror/gore, basta con escuchar tal estruendo al
final del tema que puede ser la banda sonora en una escena donde se despedaza a
la víctima con una motosierra en un cuarto oscuro y nauseabundo.
¿Cómo se obtiene una pieza sencilla y
a su vez con gusto? Del mismo modo en que surge “Reborn in malice”, máxime de una crudeza y
potencia donde Nocturnal Hollow, como muchas bandas del género, demuestra que
componer bien no implica hacer 3 millones de notas y tratar de encajarlas en
cuatro minutos. “Down, down in your tomb,
feeling the wound…” es el manifiesto de ira final a 4 de los minutos mejor
pensados de este trabajo, dado que precisamente aquí se hace fácil lo difícil. “The Last Hope” suena claramente a un híbrido
entre lo mejor del material extremo suramericano de los 90 con varias gotas del
mejor Avulsed que se recuerde, con ritmo infecto y visceral, incluye uno de los
solos más notorios de toda la producción, siguiendo la estela de “Reborn in malice”, el oyente ya percata
estar ante un trabajo casi impoluto, pero aún falta lo mejor.
Si
hay un corte que pudiese considerarse como el “promo” o que diese idea de la
temática o tendencia del disco es “RIP
the Pain”, transcurre moderadamente y no llega a tres minutos, pero
contagiante y virulento como pocos, pieza que en vivo tranquilamente pudiese
considerarse como fija en el repertorio. Si por casualidad su estado de ánimo
no es el mejor se sugiere poner pausa antes del minuto 1:47, a menos que
quieran destrozar algo, porque a altos volúmenes es como si te diesen con un
destornillador en la sien.
Detalle de la presentación de disco e inlay
Impera
desmenuzar y disfrutar casi 13 minutos que conforman, a criterio personal, la
trilogía sacra de este trabajo. Pecatta minuta saltar el orden de los temas,
pero el citado triunvirato es el que define de principio a fin lo que es este
disco, denso, oscuro y violento, vamos por partes:
“An Endless War”: Una
guerra sin tregua la que da esta
pieza, la más agresiva de las tres, rebosante de brutalidad, tamaño muro de
sonido que dignifica y sacude vestigios de lo que es realmente el “old school”, Nocturnal Hollow sabe muy
bien por donde pisa.
“There’s no way out, you are cover in sin, a mortal
illusion, a mortal disease”. Este
coro, bien amenizado como varios otros por Luis “Evil” Primera (ex-Blasphemy,
Enemigo, En Carne Muerta), con esa cadencia a medio tiempo tan oscura como
arrastradiza donde George Knive aporta unas baterías galopantes e hipnóticas
pudo perfectamente tronar desde las entrañas de la tierra cuando Gomorra,
víctima de sus aberraciones y perversiones caía a pedazos. De haber salido una
película afín, “Gates of Gomorrah” hubiese
sido el soundtrack de las próximas 5
décadas. La pieza más oscura y extensa del disco está aquí, y es la preferida
de quien suscribe estas líneas.
“Stab of hate”
se debate entre el tecnicismo y la ola de mediados de los 90, con acordes muy
pesados, que te hacen pensar en clásicos más que digeridos como “Pierced from within” o “Domination”, una vez más se juega con
los tiempos cuando se quiere y como quiere, melodía machacante acompañada de
unos bendings correctos y una atmósfera cargada de pesimismo, conseguir un
“pero” a estas alturas raya en la ridiculez. Finaliza poco a poco la ofrenda
sónica y caen los dos temas más osados del disco, aquí ya se palpan fragmentos
inconfundibles de groove sudamericano, pero sin perder el norte, que estamos
ante uno de los mejores discos de los últimos años, “Lost to Nothing” y “This
World of lies” son dos regalos distintivos que deja la banda para culminar
el trabajo, no hay que dar más vueltas, el efecto será el mismo, volver a
reproducirlo desde el inicio, no hay otro camino.
La
música tiene oscuros matices de peripecia, de fobias y filias, por lo que lo
principal debe de ser la expresión más sincera de lo que se desea plasmar,
porque al final esto es arte, loable y representativo a diferencia cualquier
malabar que si bien tiene su grado de impresión, gracias a los derroteros
constantes en la tecnología algunos lo llevan al vanal terreno de la
competencia. Nocturnal Hollow dejó con “Into the shade of solitude” la clara
intención que iban a superar lo logrado con “Decay of Darkness”, y en
efecto lo lograron, con una producción punzante y excelsa, extendiendo aún más no
solo la historia de esa escuela en la que muchos crecieron, sino la suya. ¿Qué
será lo próximo? ¿Algún aroma furibundo a Sunlight Studios? Ya me gustaría. Aún
con este discazo en mano, quizá comienza una nueva espera.
Nocturnal
Hollow está conformada por:
José
Escalante: Guitarra/Bajo/Voces
George
Knive: Baterías
Colaboraciones:
Luis
“Evil” Primera: Coros
Nelson Hoyer Jr.: Bajo en "RIP the Pain"
Grabado
en: Silver Avenue Records, Punto Fijo
Mezcla:
Nelson Hoyer Jr.
Arte:
Pagan Art Illustration
Sello:
Concreto Records (México)
Masterización:
Bravo Sound Studio (México)
Nota: 10/10
Reseña realizada por: Carlos
Terán
FRM Venezuela
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