martes, 16 de junio de 2015

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Toca a día de hoy, siendo justo y necesario, dejar por escrito el gran impacto que causa y causará esta producción, un ladrillo más en la consolidación de esa gran generación de exponentes que hace vida en Punto Fijo, un disco mayúsculo de principio a fin capaz de tutear a muchísimos foráneos, que tristemente solo por cosa de nombre (o empresas) se sobrevaloran. Sinónimo de superación en estándares de calidad, “Into the shade of solitude” se traduce en una escucha imprescindible para cualquier seguidor del sonido más extremo y primigenio, y también un martillazo en la cara para aquellos que creen saberlo todo y afirman (siendo mentira) que “todo en el metal ya esta hecho y no hay nada sorprendente o nuevo para mí”, solo un consejo dejo a esos “conocedores”: Toda “vieja guardia” tiene su Waterloo cuando se cree por encima de todo.   

Nocturnal Hollow ejemplifican una artillería moderna que dignifica con todos los honores la práctica de clásicas usanzas y fraseos con su toque particular claro está, inequívoca analogía para tan impecable obra. Con todo y su statu quo afanan y afinan su exponencial crecimiento sin mirar a los lados, una tangible demostración de calidad inversamente proporcional a la triste colección de viernes negros que acumula este entorno (“movida”¿¿??) en fin, luego de esta breve digresión… ¿Qué tanto importa el resto sin una producción/ejecución tan refinada y a su vez estridente? Su death metal, su criatura, ese es su objetivo y le seguirán trabajando, porque tu sonido y tu mensaje implican un mundo de detalles siempre evolutivo.

Previo al concepto musical es de destacar y agradecer la labor dedicada desde el arte (Pagan Art Ilustrations), pasando por la grabación (Silver Avenue), presentación y distribución (Concreto Records lo hizo de primera) y particularmente la profesional mezcla realizada por Nelson Hoyer Jr. (Among Disaster), a quien debe tomarse muy en cuenta visto el trabajo que viene realizando.

Portada del disco

Mientras Escalante y compañía se preparan para desatar sus desaforados y atroces ritmos de desolación dejan sonando “Wojciech Thoughs” melodía casi fúnebre que se confunde con auras del tan trillado viejo oeste, como si de una marcha a una ejecución se tratase… ¿Si el título hace alusión a Jaruzelski? Quizá, ya habrá tiempo para averiguarlo, queda escuchar poco más de 2 minutos de una cada vez más angustiante melodía que deja paso al sonido más esperado.

Suena ”Devouring the mass”, guitarras afinadas en La y como era de esperarse comienza de modo frenético y sobrio, sin coparse de adornos o excesos, es death metal puro y directo, de ese que hace dilatar las venas, muy importante lo que se demuestra desde el principio y es el factor común de todo el disco, ningún tema adolece riffs repetitivos o cansones, todos en cambio resultan ser adictivos al oído con una facilidad pasmosa.

Defleshed by ghouls” es de lejos, el tema más agresivo, con pausas constantes prácticamente perfectas que no son otra cosa sino preámbulo para rítmicas y blast beats aplastantes. Título más que idóneo, descarnado por demonios puede ser tranquilamente un documental de terror/gore, basta con escuchar tal estruendo al final del tema que puede ser la banda sonora en una escena donde se despedaza a la víctima con una motosierra en un cuarto oscuro y nauseabundo.   

¿Cómo se obtiene una pieza sencilla y a su vez con gusto? Del mismo modo en que surge “Reborn in malice”, máxime de una crudeza y potencia donde Nocturnal Hollow, como muchas bandas del género, demuestra que componer bien no implica hacer 3 millones de notas y tratar de encajarlas en cuatro minutos. “Down, down in your tomb, feeling the wound…” es el manifiesto de ira final a 4 de los minutos mejor pensados de este trabajo, dado que precisamente aquí se hace fácil lo difícil. “The Last Hope” suena claramente a un híbrido entre lo mejor del material extremo suramericano de los 90 con varias gotas del mejor Avulsed que se recuerde, con ritmo infecto y visceral, incluye uno de los solos más notorios de toda la producción, siguiendo la estela de “Reborn in malice”, el oyente ya percata estar ante un trabajo casi impoluto, pero aún falta lo mejor.

Si hay un corte que pudiese considerarse como el “promo” o que diese idea de la temática o tendencia del disco es “RIP the Pain”, transcurre moderadamente y no llega a tres minutos, pero contagiante y virulento como pocos, pieza que en vivo tranquilamente pudiese considerarse como fija en el repertorio. Si por casualidad su estado de ánimo no es el mejor se sugiere poner pausa antes del minuto 1:47, a menos que quieran destrozar algo, porque a altos volúmenes es como si te diesen con un destornillador en la sien. 

Detalle de la presentación de disco e inlay

Impera desmenuzar y disfrutar casi 13 minutos que conforman, a criterio personal, la trilogía sacra de este trabajo. Pecatta minuta saltar el orden de los temas, pero el citado triunvirato es el que define de principio a fin lo que es este disco, denso, oscuro y violento, vamos por partes:

An Endless War”: Una guerra sin tregua la que da esta pieza, la más agresiva de las tres, rebosante de brutalidad, tamaño muro de sonido que dignifica y sacude vestigios de lo que es realmente el “old school”, Nocturnal Hollow sabe muy bien por donde pisa.

There’s no way out, you are cover in sin, a mortal illusion, a mortal disease. Este coro, bien amenizado como varios otros por Luis “Evil” Primera (ex-Blasphemy, Enemigo, En Carne Muerta), con esa cadencia a medio tiempo tan oscura como arrastradiza donde George Knive aporta unas baterías galopantes e hipnóticas pudo perfectamente tronar desde las entrañas de la tierra cuando Gomorra, víctima de sus aberraciones y perversiones caía a pedazos. De haber salido una película afín, Gates of Gomorrahhubiese sido el soundtrack de las próximas 5 décadas. La pieza más oscura y extensa del disco está aquí, y es la preferida de quien suscribe estas líneas.  

Stab of hate se debate entre el tecnicismo y la ola de mediados de los 90, con acordes muy pesados, que te hacen pensar en clásicos más que digeridos como “Pierced from within” o “Domination”, una vez más se juega con los tiempos cuando se quiere y como quiere, melodía machacante acompañada de unos bendings correctos y una atmósfera cargada de pesimismo, conseguir un “pero” a estas alturas raya en la ridiculez. Finaliza poco a poco la ofrenda sónica y caen los dos temas más osados del disco, aquí ya se palpan fragmentos inconfundibles de groove sudamericano, pero sin perder el norte, que estamos ante uno de los mejores discos de los últimos años, “Lost to Nothing” y “This World of lies” son dos regalos distintivos que deja la banda para culminar el trabajo, no hay que dar más vueltas, el efecto será el mismo, volver a reproducirlo desde el inicio, no hay otro camino.

La música tiene oscuros matices de peripecia, de fobias y filias, por lo que lo principal debe de ser la expresión más sincera de lo que se desea plasmar, porque al final esto es arte, loable y representativo a diferencia cualquier malabar que si bien tiene su grado de impresión, gracias a los derroteros constantes en la tecnología algunos lo llevan al vanal terreno de la competencia. Nocturnal Hollow dejó con “Into the shade of solitude” la clara intención que iban a superar lo logrado con “Decay of Darkness”, y en efecto lo lograron, con una producción punzante y excelsa, extendiendo aún más no solo la historia de esa escuela en la que muchos crecieron, sino la suya. ¿Qué será lo próximo? ¿Algún aroma furibundo a Sunlight Studios? Ya me gustaría. Aún con este discazo en mano, quizá comienza una nueva espera.

Nocturnal Hollow está conformada por:

José Escalante: Guitarra/Bajo/Voces
George Knive: Baterías

Colaboraciones:
Luis “Evil” Primera: Coros
Nelson Hoyer Jr.: Bajo en "RIP the Pain"

Grabado en: Silver Avenue Records,  Punto Fijo
Mezcla: Nelson Hoyer Jr.
Arte: Pagan Art Illustration
Sello: Concreto Records (México)
Masterización: Bravo Sound Studio (México)


Nota: 10/10
Reseña realizada por: Carlos Terán
FRM Venezuela


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